La IoT por sí sola, sólo son una serie de sensores, conectividades y análisis de datos. Sólo es desde la aplicación, donde reside el valor de esta tecnología.
Por tanto, IoT no es sólo una tecnología, sino que significa la transformación digital del negocio, y la toma de decisiones informadas de la organización para posicionarse y maximizar su valor. Pero primero debe verse en qué se quiere mejorar la cuenta de explotación de la empresa, y a partir de ahí, aplicar la IoT implicando transversalmente a todos los departamentos y su estrategia. La IoT establece pues, un cambio de modelo de negocio y la reinvención de la compañía.
Y el Covid-19 ha agudizado a su vez, cambios necesarios en los modelos de negocio. Por ejemplo en la industria, en muchos casos, ha habido problemas para mantener la cadena de suministro, y se ha replanteado si relocalizar o no la producción, si importar o producir en el país, o incluso la plantilla se ha tenido que reconectar remotamente con las plantas… La problemática actual ha pasado de poner foco en sólo aumentar la productividad, a pensar en cómo mantenerla.
Por eso, el modo de entender y aplicar la digitalización y la conectividad de cada empresa, ha sido de vital importancia, y sin duda, la IoT ha contribuido a mejorar la eficiencia y resiliencia, ya que las personas por sí solas, no son tan precisas recopilando la información necesaria.
Según un informe de IoT de Junio de 2020 comentado por David del Pozo, director de Process Automation de Siemens España, la industria acapara ya 1 de cada 4 proyectos que se realizan, es decir, que se ha convertido ya en el sector principal de aplicación en los 2 últimos años, por delante del transporte, la movilidad, el sector energético, la agricultura…
Y es que el desarrollo de IoT en los entornos industriales, proporciona innumerables ventajas a las empresas, como: un control de la producción más acertado, mayor productividad y ahorro de costes, permite automatizar el trabajo de las máquinas incrementando la disponibilidad de los operarios para efectuar tareas de más valor, reduce tiempos, mejora la trazabilidad al disponer de datos más veraces de las operaciones, controla la localización de los activos, optimiza la gestión de los equipos facilitando el reparto de tareas, facilita la implementación del mantenimiento predictivo anticipando fallos… En general, desembocaría en la denominada fábrica inteligente o fábrica del futuro.
El mayor impacto en sí de la IoT industrial, es la flexibilidad que supone en la producción. La IoT permite personalizar la industria y tener lotes de fabricación adhoc pero con costes de fabricación masiva. Y en la personalización para los clientes, está el futuro.
Según predicciones de EAE Business School, el mercado de IoT en España aumentará en un 10%, colocando así a España, como el 5º país europeo que más invierte en IoT. A su vez, un informe de Markets & Markets, marca que la IoT subirá en 5 años en un 44%.
De todas maneras, este estudio también indica que las principales barreras que se encuentran las compañías españolas, serían los costes iniciales, las preocupaciones relacionadas con la seguridad, y los problemas de privacidad. Básicamente pues, la principal preocupación sería la ciberseguridad.
Pero según Schneider Electric, esto se puede solucionar en 3 pasos. Primero la empresa debe establecer una mentalidad cultural en el ciclo de vida de los empleados y capacitarlos correctamente. Después se deben implementar unos controles de seguridad alineados con las mejores prácticas y estándares que haya en el mercado. Y por último, se deben elegir las soluciones adecuadas para el entorno único que supone cada empresa, es decir, la ciberseguridad no consiste en una misma solución standard para todos, debe ser adhoc.
Por otro lado, también argumentan que el coste de IoT está muy democratizado y las barreras de entrada son bajas, ya que mucha de esta tecnología está en el Cloud.
La tecnología IoT puede encajarse en las fábricas existentes y según un informe de Thing Matters, la industria con IoT ya ha superado la fase inicial de prueba, y ahora ya está en la fase de demanda de más desarrollos y aplicaciones concretas, para impulsar la producción.
De todas maneras, mejorar el rendimiento no debería ser el punto final. Mejorar la planta es un punto de partida, pero los competidores siguen avanzando hacia la fábrica del futuro y las compañías deben continuar evolucionando en sus metas y estrategias. La recopilación de datos y la capacidad en la nube cada vez más amplia, y ampliarán las oportunidades de mejora de la calidad, la rapidez y la digitalización.
Uno de los focos de especialización de GES, es la industria. Además de tener puntos de venta B2B especializados repartidos por toda la geografía española, sus técnicos específicamente formados para poder ofrecer las mejores soluciones del mercado en primeras marcas, convierten a GES en la mejor opción de distribución para OEMs e industrias. Tal y como se había mencionado con anterioridad, la clave del futuro está en la personalización para los clientes.