Es la gran apuesta de la Unión Europea para acabar con las emisiones de carbono y una tecnología cada vez más rentable, gracias al desarrollo de las energías renovables en general. Hablamos del hidrógeno verde, un sistema de almacenamiento de energía renovable, que hoy en día se plantea como una solución que podría ayudar asegurar la descarbonización completa de la industria antes de 2050. Para nuestro sector, este proyecto significa un arduo reto que exige la excelencia y eficacia en todos los procesos para alcanzar el éxito.
Pero, ¿Qué es exactamente y cómo funciona el hidrógeno verde? El hidrógeno es el elemento químico más ligero y más abundante del universo, por lo que puede considerarse ilimitado, constituyendo aproximadamente al 75% de la materia que se encuentra en el universo. El problema es que, en la Tierra, la mayor parte de este elemento se encuentra combinado con otros compuestos, como el oxígeno en el agua (H2O) o el carbono en los hidrocarburos (CH4 o C2H6). Por esta razón, para obtener hidrógeno en estado puro, es necesario realizar un procedimiento industrial.
No todo el hidrógeno es igual. Existe hidrógeno gris, azul o verde. La denominación por color no tiene que ver con la pigmentación del elemento, sino con la forma en que es extraído. De este modo, tanto el gris como el azul proceden de combustibles fósiles, que generan CO2. Por el contrario, el hidrógeno verde es el único renovable y generalmente es conseguido través de la electrólisis, proceso que utiliza la corriente eléctrica procedente de energías renovables (como la solar o la eólica) para separar el hidrógeno del oxígeno presente en agua.
Beneficios del hidrógeno verde
Sin pausa y con prisa. Así se puede resumir la decisión de la UE frente al desarrollo del hidrógeno verde. Y es que la Comisión Europea ha considerado urgente impulsar el mercado del hidrógeno. De acuerdo con su última propuesta al respecto, RePowerEU, realizada en febrero de 2023, a los 10 millones de toneladas de producción anual de hidrógeno exigidos en 2020 dentro de la Unión Europea, en febrero se sumaron otros 10 millones de toneladas importadas anualmente para 2030.
Para conseguir estas metas, la capacidad de electrólisis doméstica debe pasar de 40GW a 120GW en Europa... Quizás te preguntes, ¿por qué tanto apuro en el desarrollo del hidrógeno verde? Según indican los expertos, por una parte, la EU busca independizarse energéticamente de Rusia y, a la vez, alcanzar el Objetivo 55, que pretende reducir las emisiones al menos al 55% en 2030.
Pero, además, porque al ser el hidrógeno renovable un vector energético flexible, sus beneficios se pueden extender a industrias que, hasta ahora, han sido difíciles de descarbonizar a través de las energías renovables, como el transporte pesado, el marítimo o la aviación.
Unex, un aliado seguro
Decíamos que el hidrógeno verde se produce a partir de la electrólisis del agua, que consiste en descomponer, mediante electrodos, la molécula del agua en oxígeno e hidrógeno empleando electricidad de origen renovable (principalmente de fuentes solares y/o eólicas). Para que la electrólisis se realice, se requieren grandes cantidades de agua y electricidad.
Es aquí donde en Unex, fabricante de sistemas aislantes innovadores de gestión de cableado, podemos ofrecer una de las principales soluciones usadas en ambientes con problemas de corrosión provocados por el agua: la Bandeja aislante 66 y la Bandeja de escalera 67 en U23X o en U48X sin halógenos, para el soporte, protección y conducción de cables. Se trata de productos que ofrecen:
- Seguridad eléctrica
- Resistencia mecánica
- Excelente resistencia a la corrosión y condiciones climáticas adversas
- Facilidad y rapidez de montaje
- Sin puesta a tierra
- Cero mantenimientos
- Rango de temperaturas hasta +90ºC
La durabilidad comprobada de los productos Unex, como lo demuestra el ejemplo de la planta de tratamiento de aguas en Fairfield, Australia, respalda nuestro compromiso con la calidad. Durante más de tres décadas, nuestros productos han demostrado su resistencia y sostenibilidad en ambientes agresivos, como instalaciones portuarias, en industrias químicas o en estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR).
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