Para entender la iluminación dinámica, primero es necesario saber que los ciclos vitales del ser humano se rigen por ciclos naturales de luz-oscuridad. Estos ciclos, de 24 horas, afectan a la mayoría de seres vivos (incluidos animales y plantas) y provocan cambios físicos, mentales y conductuales en el organismo. Estos procesos naturales son lo que denominamos ritmos circadianos.
Los ritmos circadianos pueden influir sobre funciones importantes del cuerpo, tales como la liberación de hormonas, los hábitos alimentarios y digestión, o la temperatura corporal. Uno de los efectos más notables de los ritmos circadianos lo encontramos en los patrones de sueño. El núcleo supraquiasmático o NSQ (ubicado en una parte del cerebro llamada hipotálamo) controla la producción de melatonina, una hormona que produce somnolencia. Éste recibe información sobre la luz entrante a través de los nervios ópticos, los cuales la trasmiten desde los ojos hasta el cerebro. Cuando hay menos luz (por ejemplo por la noche), el NSQ le indica al cerebro que elabore más melatonina para producir sueño.
La iluminación centrada en el ser humano o Human Centric Lighting es aquella iluminación que pone en el centro al usuario y tiene por objetivo mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas a través de una iluminación artificial que sea lo más parecida a la luz natural.
Para poder iluminar un espacio teniendo en cuenta este concepto, es necesario un diseño de iluminación dinámica. Gracias a la tecnología LED podemos controlar la intensidad y la temperatura de color de la luz.
La aplicación de la iluminación dinámica está principalmente relacionada con la sincronización de los ciclos solares. Sin embargo, aporta muchos otros beneficios:
•Conecta los espacios interiores con los espacios exteriores;
•Es capaz de generar emociones sobre los usuarios y generar espacios de relajación, o de trabajo, de actividad, etc.;
•Nos permite personalizar el espacio con diferentes temperaturas de color en función de la actividad que se desarrolle;
•Nos permite optimizar el uso de la luz;
•Dinamiza los espacios gracias a la posibilidad de generación de diferentes escenas lumínicas;
•Nos permite ahorrar energía adaptando la cantidad de luz a las necesidades de la actividad y el momento del día.
La iluminación dinámica es altamente beneficiosa en espacios de trabajo (ya sean oficinas, escuelas, etc.) como en sectores hospitality, retail o sanitario. En todos ellos la iluminación puede ayudarnos a generar ambientes de activación y alerta y otros de relajación o descanso.