¿A quien se le podría ocurrir montar una central nuclear sobre su tejado? Seguro que a muy poca gente, por no decir a nadie, por aquello de que siempre se puede encontrar a alguien con ideas totalmente ilógicas.
En cambio, cada día, más gente monta una central de generación de electricidad sobre su tejado, sin temor de que dicho equipamiento pueda generarle ni a ellos ni a su vecindario el más mínimo impacto negativo sobre su salud, ni tampoco dejaran el regalo envenenado a sus descendientes de tener que gestionar y custodiar residuos peligrosos durante más de un siglo