En un pasado no tan lejano ¿quién iba a imaginar que se impondrían restricciones a la circulación de vehículos por razones medioambientales? ¿Quién puede garantizar que esto no suceda con el uso de la vivienda?
El presente ya es eléctrico, los hogares deben adaptarse a esta electrificación, pero sin una correcta actualización eléctrica, difícilmente estaremos preparados, ni seremos energéticamente eficientes ni sostenibles.
Una instalación eléctrica actualizada es la espina dorsal que evita condenar el hogar a un envejecimiento prematuro, evita su obsolescencia, incrementa el valor de los inmuebles (y no sólo su precio) garantizando, además, los ahorros en la factura de la energía. Por tanto, es clave para proteger el presente y futuro eléctrico de nuestros hogares.
Ahora es el momento de aprovechar las muchas ayudas existentes, es el momento de rehabilitar y de hacerlo bien.
Por un hogar con futuro, por un hogar preparado.
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